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lunes, 12 de noviembre de 2012

Tregua de Navidad (Primera Guerra Mundial)


Tregua de Navidad, Primera Guerra Mundial

Frederick W. Heath, soldado inglés

Es imposible, más aún para alguien que no lo vivió, transmitir en palabras el horror de una guerra. Sangre y muerte acechando a cada callejón sin salida que conforman los caminos del enfrentamiento entre hombres que no nacieron para matar a sus semejantes. Sin embargo, dentro de la oscuridad, la luz se muestra más nítida y brillante. Uno de los capítulos más atroces de la historia de la humanidad como fue la Primera Guerra Mundial dio lugar a uno de los episodios más hermosos que jamás se han contado sobre el ser humano, y un balón de fútbol fue testigo de aquel bello pasaje. Conocida como ‘La tregua de navidad’, soldados británicos, franceses y alemanes decidieron posar las armas para celebrar la navidad de aquel 24 de diciembre de 1914.
Ocurrió en el sector del frente occidental, al sur de la ciudad belga de Ypres localizada en la frontera franco-belga. Conocida como “La guerra de trincheras”las líneas alemanas se enfrentaban a los Aliados, —franceses y británicos—, en fortificaciones cavadas en el suelo que se convertían en angostos infiernos donde el hambre y el frío eran tan mortales como las armas que empuñaban los soldados. Entre ambos bandos existía un territorio, con 50 metros de distancia, conocido como laTierra de Nadie, paisaje antinatural donde los hombres caían y la vegetación había sido extinguida por los enfrentamientos, cubierto por el lodo, la nieve y los cuerpos de los soldados fallecidos en combate.
Se acercaba la navidad, que no existía en el manual de unos oficiales que habían alertado a sus tropas sobre la intención de ataque del enemigo. Para entonces, por expresa orden del Káiser se habían enviado árboles de navidad a las líneas alemanas con el objetivo de animar a los soldados, pero también como símbolo de superioridad cultural, pues el origen del árbol de navidad se atribuye al país teutón. Aquella noche, el inerte y sombrío campo de batalla se postraba ante la luz de una esperanzadora luna llena. No estaría sola en la empresa, pues las luces de los árboles, colocadas sobre las trincheras, alumbrarían la línea germana ante la sorpresa de británicos y franceses.
navidad tregua
Preparados para lo peor al ver las luces, su estupefacción alcanzó nuevos niveles cuando, en mitad del silencio de aquella fría noche de diciembre, comenzaron a escuchar a los alemanes cantar Stille Nacht, Heilige Nacht (Noche de paz, Noche de amor). Al acabar la música, los soldados británicos jalearon y aplaudieron la iniciativa germana, y cantaron en respuesta The first Noel, the angel did say, para concluir cantando juntos O come all ye faithful los británicos yAdeste Fideles los alemanes. Tras aquellos minutos en los que la música actuó como puente hacia la confraternización comenzaron a oírse gritos, no de violencia como acostumbraban escuchar, sino de una feliz navidad que algunas voces deseaban al bando contrario.
Los soldados de ambas líneas, arropados por el abrigo de la cautela y el recelo, comenzaron a salir de las trincheras y a pasear por la Tierra de Nadie. A pesar del temor que acogía las sombras que se movían por la tierra sepultada por la nieve, el deseo de apartar al soldado y recuperar al ser humano venció al miedo y a la desconfianza. Pronto, personas que antes se mataban unas a otras en base a una ideología que creían superior a su condición, se encontraron sobre aquellas baldías tierras hablando como viejos amigos que se reencuentran, intercambiándose souvenirs, direcciones los más próximos, chocolate, alcohol o tabaco. Celebraban la navidad.
Al día siguiente la tregua proseguía y dio lugar al más sorprendente capítulo. Un soldado escocés apareció con un balón de fútbol, probablemente allí presente como medio de distracción y evasión de la difícil realidad, y rápidamente británicos y alemanes concertaron un partido haciendo de sus gorros porterías. El barro congelado otorgaba un suelo duro y propicio para el juego a pesar de que el balón a menudo se iba demasiado lejos, como aquellos partidos en los que de niños se nos iba la pelota fuera del recinto interrumpiendo momentáneamente el encuentro. Se cuenta que el partido se concibió con la mayor de las caballerosidades y que el rival tendía la mano al contrario cuando éste caía al suelo. El partido acabó cuando uno de los comandantes tuvo constancia del hecho y ordenó su conclusión. El resultado, cuentan, fue de 3-2 para los alemanes. Ya lo diría Gary Lineker décadas después: “El fútbol es un deporte que inventaron los ingleses y en el que siempre ganan los alemanes”.
El teniente alemán Johannes Niemann relata así lo sucedido en una de sus cartas“Un soldado escocés apareció cargando un balón de fútbol; y en unos cuantos minutos, ya teníamos juego. Los escoceses ‘hicieron’ su portería con unos sombreros raros, mientras nosotros hicimos lo mismo. No era nada sencillo jugar en un terreno congelado, pero eso no nos desmotivó. Mantuvimos con rigor las reglas del juego, a pesar de que el partido sólo duró una hora y no teníamos árbitro. Muchos pases fueron largos y el balón constantemente se iba lejos. Sin embargo, estos futbolistas amateurs a pesar de estar cansados, jugaban con mucho entusiasmo. Nosotros, los alemanes, descubrimos con sorpresa cómo los escoceses jugaban con sus faldas, y sin tener nada debajo de ellas. Incluso les hacíamos una broma cada vez que una ventisca soplaba por el campo y revelaba sus partes ocultas a sus ‘enemigos de ayer’. Sin embargo, una hora después, cuando nuestro Oficial en Jefe se enteró de lo que estaba pasando, éste mandó a suspender el partido. Un poco después regresamos a nuestras trincheras y la fraternización terminó. El partido acabó con un marcador de tres goles a favor nuestro y dos en contra. Fritz marcó dos, y Tommy uno”.
El fútbol, joven por aquel entonces, y el deporte por extensión, habían hecho acto de presencia en uno de los más bellos episodios de la historia no sólo como testigo, sino también como partícipe. Durante aquel día, los soldados se hicieron fotos y se intercambiaron gorros y botones en señal de cortesía. Se cuenta también que se escuchó incluso el canto de algún ave que decidió sobrevolar lo que por momentos dejó de ser la Tierra de Nadie. La vida había vuelto a aquel territorio dominado por la muerte. Los oficiales acordaron además colaborar para acometer una de las tareas menos agradecidas, que fue la de dar sepultura a los caídos y rendir honores a sus camaradas.
La tregua duró unos días más, hasta el 26 en algunos sectores y hasta el 29 en otros. Se dice incluso que de haber continuado el armisticio, la guerra podría haber tocado a su fin, pero los superiores, aquellos que hacían la guerra en los despachos y no en el campo de batalla, se mostraron indignados al saber de la Tregua de Navidad considerándola una imperdonable falta de disciplina. Se destruyeron cartas, se censuraron informaciones y se quemaron fotografías con la intención de que jamás trascendiese, pero un hecho así, capaz de devolver la fe en el ser humano incluso en las más terribles circunstancias, estaba ya grabado para siempre en la historia gracias a los testimonios y a las cartas y fotografías que sobrevivieron, y jamás se olvidará.
Joyeux Noël | Película francesa de 2005 basada en la ‘Tregua de Navidad’, nominada al Óscar a la mejor película de habla no inglesa

Artículo sacado de : http://www.notasdefutbol.com

jueves, 1 de noviembre de 2012

Palomas mensajeras en la Segunda Guerra Mundial

El uso  las palomas por el hombre viene de antiguo, se sabe que Genghis Khan hacia uso de palomas orientar su flota marítima,  las usaba para comunicar sus victorias al Senado y fue una paloma quien llevo el mensaje de la derrota de Napoleón en Waterloo, durante la I Guerra Mundial, las comunicaciones entre las tropas se basaban en lineas telefónicas terrestres que normalmente eran interceptadas o saboteadas haciendo que el uso de palomas mensajeras fuera una constante entre ambos bandos. El número de palomas empleadas durante la Gran Guerra se estima en 200.000 palomas. 

La lucha aérea sobre el canal de La Mancha durante la Segunda Guerra Mundial no se disputó únicamente entre aviones, también las aves tuvieron su combate sobre el canal. Hubo una maniobra de desinformación de los británicos que consistía en que aviones de la RAF soltaran palomas mensajeras con información falsa mientras sobrevolaban el canal. Por supuesto, el objetivo era que los alemanes las interceptaban y tomaran la información que portaban como cierta. 
El Mayor Osman fue el responsable del Servicio Nacional de palomas mensajeras del ejército británico durante la II Guerra Mundial, decir que el Alto Mando británico confiaba mas en las comunicaciones tipo radio y radares que en las palomas pero decidieron confiar en ellas ya que siempre habían dado resultado. Como norma se estableció que los bombarderos llevaran dos palomas con cada tripulación, lo que salvó las vidas de varias tripulaciones al fallar las comunicaciones vía radio. 
Los alemanes siempre confiaron en el sistema de las palomas mensajeras y fue ampliamente utilizado en todos los frentes y en especial por los espias alemanes situados en Gran Bretaña, la base de las palomas alemanas estaba situada en Freilassing en el centro de Alemania. Pero la cosa era aún más compleja. El MI5, el servicio de inteligencia británico, disponía de una unidad de halcones denominada Unidad Interceptora de Pájaros, al frente de la cual estaba lord Tredegar. Por supuesto, estos halcones capturaban las palomas que enviaban espías alemanes en tierras británicas con destino al continente, llevando información útil para el ejército nazi. Capturar una de estas palomas suponía varias cosas. En primer lugar, evitar que la información llegara a su destino. En algunos casos, suponía estrechar el cerco o incluso detener al espía que sufrían los británicos en la isla trabajando para el enemigo y en algunos casos, tomaban una paloma interceptada, le “daban” un mensaje falso para desinformar al enemigo y la enviaban de camino al continente. Como siempre, el mundo del espionaje, incluso cuando hablamos de 
palomas, está cargado de incógnitas y nunca sabe uno a qué atenerse. Ninguna fuente es segura y no hay información fiable. 
Los alemanes tambien entrenaron halcones para la caza de palomas, ya que se trata del enemigo natural de estas aves, los alemanes establecieron una completa red de defensa en Francia, Bélgica y Holanda compuesta por halcones y francotiradores para interceptar a las mensajeras aladas de los aliados. 
Durante el desembarco de Normandía se emplearon unas 7000 palomas para evitar el uso de comunicaciones 
radiofónicas y que pudieran ser interceptadas por los alemanes y entonces entra en acción Duke of Normandy, esta paloma estaba destinada al 9º Batallón de paracaidistas que tenían la orden de neutralizar las baterías de costa alemanas, el 9º consiguió su objetivo pero a la vez el acorazado “Aretussa” tenia la orden de disparar sus baterías contra los cañones alemanes en caso de que el 9º fallara, las comunicaciones volvieron a fallar y el 9º se encontraba en un grave apuro, se mandó a Duke of Normandy con el mensaje de que los cañones alemanes habian sido tomados, lo cual salvó la vida de los componentes del 9º Batallón de Paracaidistas. 
La paloma que mas vidas salvó durante la guerra fue William of Orange, durante la operación Market Garden, la mayor operación combinada de medios aéreos y terrestres de la Historia , 2000 soldados quedaron aislados en la ciudad de Arhem, necesitados de refuerzos y pertrechos los equipos de radio volvieron a fallar estrepitosamente, gracias a William of Orange que recorrió 420 Kms en 4 horas se pudo ayudar a estos 2000 soldados, mérito que fue reconocido otorgándole la condecoración Dickin. 



Así, para premiar la labor de los animales que participaron en la contienda se creo la Condecoración Dickin, el equivalente para humano seria la Medalla de Honor del Congreso americana o la Cruz de la Victoria británica, las máximas condecoraciones de esos países, el nombre de Dickin viene de María Elizabeth Dickin gran benefactora de los animales y que hizo por ellos gran cantidad de obras y ayudas. 
La cantidad de condecoraciones Dickin fue de 18 para perros, 3 para caballos y 32 para las palomas. 

Fuente: forosegundaguerra.com, exordio.com, palomerosonline